Observando la villa de Saint Tropez, podemos ver que el arquitecto encargado del proyecto no puso límites a la creatividad.
Los espacios abiertos interiores, amplios y confortables, se abren al exterior a través de grandes ventanales. Los cerramientos minimalistas forman verdaderos volúmenes que dilatan el espacio, al igual que en los baños las ventanas fijas y abatibles interactúan entre sí en una solución armoniosa e innovadora, donde la frontera última es el cielo.
Los protagonistas del proyecto son, sin duda, las puertas correderas elevables Skyline de la colección Skyline Minimal Frames, en roble aceitado con acabado efecto natural. Los colores claros, el perfil delgado y mínimo y los sistemas de deslizamiento de alta tecnología y alto rendimiento lo convierten en un cerramiento único. Viendo el resultado y el equilibrio entre las partes, sería difícil imaginar una solución diferente que proporcionase la misma calidez y encanto.
El rincón acristalado con vistas al mar abre la residencia a nuevos horizontes: la habitación ya no es un lugar circunscrito, sino que se extiende al jardín privado en un diálogo continuo entre la vegetación y el edificio.